Suspenso Olímpico

Buen palo se llevó ayer la candidatura madrileña a organizar los juegos olímpicos en 2016, con el informe del COI que critica su estructura organizativa, la mano blanda con el dóping que parece que tenemos y las presentaciones de “calidad variable”. Vamos, que sólo les ha faltado decir que la candidatura era una mierda pinchá en un palo.

Aunque el informe no pone una nota numérica o fácilmente comparable, todos los medios destacan que la gran triunfadora fue Tokio. Después, hay división de opiniones: unos dicen que Río quedó segunda y Madrid tercera, y otros, directamente que fuimos los últimos.

Y los hay que parece que han leído un informe distinto, como nuestro alcalde gafotas, inasequible al desaliento, que tuvo los huevos de decir que la candidatura de Madrid salía reforzada tras el informe. Más moral que el Alcoyano, cosas de políticos.

Vaya mierda de logo. Parece que dice "alto, no pasar"

A mí me encantaría que los juegos se organizaran aquí, aunque eso pudiera significar el imperdonable oprobio de que el Aleti tuviese que jugar una temporada en el Bernabeu, pero lo he visto muy muy chungo desde el primer momento. Para los de 2012 sí había expectativas razonables de ganarlos, y se estuvo cerca, pero una vez que esos se los llevó Londres, estaba cantado que una ciudad europea no iba a repetir. Ojo al dato: la última vez que los JJOO repitieron continente en convocatorias seguidas fue en 1952, cuando Helsinki tomó la antorcha de Londres 1948. Desde entonces, a rotar. Por mucho que diga el COI que eso no tiene por qué ser así, el caso es que es.

Me da la impresión que tras este demoledor informe, mi pesimismo se ha contagiado al conjunto de la ciudadanía: en la encuesta de hoy de Edmundo, con 18.361 votos, el 72% opina que la capital del reino no tiene opciones de conseguir las olimpiadas en 2016. A joderse.

Lo que me extraña es cómo puede ser que hace cuatro años Madrid recibiera una calificación de “alta calidad”, sin ninguna crítica destacable, y ahora le caigan hostias por todas partes. O son muy burros los que manejan esta iniciativa –que puede ser- o para mí que más bien hay gato encerrado y el COI usa este informe para influir en que sus miembros voten las candidaturas que son de su agrado. Esto explicaría, por ejemplo, que Río de Janeiro obtuviera una buena calificación después de haber pasado el anterior corte por los pelos.

El caso es que yo creo que los que van a ganar son los Brasileiros. Nunca se han celebrado los juegos en Sudamérica y va siendo hora. Me tiro a la piscina, y pronostico: en la votación del 2 de octubre en Copenhague la primera en caer será Madrid, luego Chicago, y Río ganará holgadamente en la final a Tokio.

¿Alguien se apuesta algo? Hagan juego…

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Curiosidad callejera

De la aclamada serie: yo, pedante y redicho

Ayer me pasé por el barrio de Mirasierra para visitar a un familiar, y pasé por una calle cuyo nombre me pareció de lo más curioso:

Lo primero que pensé es “coño!, qué haría esta portera para alcanzar fama tal que le dediquen una calle en tan señorial barrio?”, luego me asaltó también la duda de por qué no le pusieron a la calle directamente el nombre de la señora, tipo “Calle de Fulanita de Tal”, en lugar de mencionar únicamente su ocupación. Será que el realmente famoso era el cura y a la buena mujer la fama le llegó de rebote? Esto merece una investigación.

Así que me puse a googlear a ver qué pillaba. No ha sido fácil, pero tengo, en primicia mundial, la explicación al enigma. Por desgracia no es tan truculento-morbosa como mi desbocada imaginación anhelaba, si bien no por ello deja de ser interesante.

La Portera del Cura es un risco de la sierra de Guadarrama (léanlo bien, no “Guarradama”, eh?), en el límite de las provincias de Madrid y Ávila. Esto debería haberlo imaginado, ya que bastantes calles de Mirasierra responden a nombres de accidentes geográficos serranos.

Resulta que La Portera del Cura, a 1.640m, circunda a y preside sobre el famoso valle de Cuelgamuros, más conocido en nuestro tiempo como Valle de los Caídos debido a un pequeño mausoleo que se encuentra en él. La PdC constituye el límite de las posesiones de Patrimonio Nacional (propietario del VdlC) en la zona, como atestigua un interminable murete de piedra que pasa por allí.

El murete además es la divisoria entre Madrid y Ávila, tiene unos 40km de largo y se le llama la “Gran Cerca”. El mismísimo Felipe II (cuyo nombre verdadero era Felipe Lotas) fue quién ordenó su construcción para delimitar los predios reales, en 1589 nada menos. Carlos III lo restauró y amplió casi un par de siglos después, presa de su frenesí arquitectónico-urbanístico.

Sin embargo, la pregunta original sigue en el aire, incómoda: qué haría la misteriosa portera para que le dedicaran algo, sea una calle o un risco?

La respuesta nos la da la Gran Cerca, la cual tiene varios pasos en su recorrido para poder cruzarla. Estos pasos se llaman portillas o porteras, en lugar de puertas que sería lo más normal, digo yo. Y, lo han adivinado, justo en el paraje que lleva el nombrecito que nos ocupa están los restos de una puerta en el muro a la que los lugareños llamaron Portera del Cura por hallarse cerca de una antigua edificación conocida como “la casa del cura”.

Me entró la tentación de seguir profundizando a ver quién era el cura que vivió en esa casa y qué obras y milagros realizara, pero al final me ha dao pereza, paso. Que tampoco me pagan por esto, oigan.

En fin, que con la gilipollez esta he matao la mañana del sábado…

Les dejo un par de links que describen bonitas rutas por la zona, por si se animan a deslomarse monte arriba:

http://www.azcola.arrakis.es/excur4.html

http://www.elmundo.es/1998/07/25/madrid/25N0161.html

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Ponme otra Paco, que controlo

Alucino con la picaresca de este país, es que la gente ya saca pasta de cualquier cosa. Debe ser que la crisis agudiza el ingenio. Resulta que en Madrid unos listillos han montado una empresa (www.nviacontrol.com) que te informa de la localización de los controles de alcoholemia en las noches de jueves, viernes y sábado por sólo 1,5€. Buen precio por ahorrarte los puntos o incluso la cárcel.

De ello informó prontamente ayer el diario Qué

Para los interesados, que los habrá (yo no, eh?, que si bebo no conduzco– yeah, right): mandas un SMS con la palabra CONTROL al 7331 y te responden con los controles que haya esa noche. Además te lo ponen con todo lujo de detalles: la calle, a qué altura, sentido, etc. ejemplo: Pso del Prado 20 entre Neptuno y Atocha.

Destaca de la noticia que los agentes todavía no saben cómo lo hacen. Según dicen los pasmarotes entrevistados, ellos mismos no saben dónde pondrán los controles hasta ese mismo día. Incluso uno apunta que esa noche terminaron poniendo el control en el otro sentido de la calle y los linces del servicio este lo pillaron y dieron la información actualizada. Según el poli, que tienen gente dando vueltas por Madrid para informar.

Pa mí, que soy mu mal pensao, que algún policía avispao es el que les pasa la información por un módico precio para sacarse un sobresueldo en estos difíciles tiempos. En cualquier caso, parece que la empresa no se responsabiliza de la exactitud de los datos, así que si aún así te pillan, a reclamar al maestro armero.

Lo mejor es la excusa que da la empresa para justificar la utilidad pública del servicio, me parto:

Es casi tan mala como la de Softonic para pedirte la tarjeta de crédito “por seguridad antifraude”. Para quedar bien, también ponen un link a la web del ayuntamiento con información de los autobuses nocturnos.

El portavoz de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha declarado: “el servicio es legal, pero yo no lo haría”. El portavoz del Club Más Vale Borracho Conocido Que Alcohólico Anónimo (CMVBCQAA), consiguió articular entre balbuceos un “Cojonudo, otra ronda pa tós, quinvito”.

A mí me parece muy bien esta innovadora iniciativa, oye, que si quieren controlarnos también tenemos derecho a rebelarnos y boicotear el sistema, que se jodan. Que si no a este paso acabamos domesticados y metiditos en una burbuja para que no nos pase nada malo: nobebas-nofumes-nocorras-notemetasconelrey-nocomascanne-nosalgasalacallequetegrabo-nodigascosaspoliticamenteincorrectas-notedrogues-nocontamines-nochatees-noseaspromiscuo-nohagaschistesdenadie, etc. Que les den, insumisión ciudadana y vuelta al puto y divertido caos que era esta ciudad hace 20 años.

Como se decía entonces: ¡Mutxa Polizia, Poka Diversión!
¡A las barrikadas!

Yo me apunto el número del servicio ese y la próxima vez que beba un par de copas, o sea, la próxima vez que salga, lo uso.

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El brazo tonto de la ley

Últimamente no gano pa sustos. Primero casi me enganchan en un pseudoengaño cibernético, al poco sufro una clonación no deseada y ahora me cae un abuso de autoridad de los gordos. Miren lo que me ha pasado, y flipen en colores:

El incidente sucedió cuando iba yo todo feliz hacia mi puesto de trabajo –todo lo feliz que se puede ir en esos momentos, claro-, al atravesar uno de los múltiples subterráneos que adornan nuestra querida capital del reino.

El túnel este, por el que paso casi todas las mañanas, tiene dos carriles que luego se separan, llevando a sitios distintos. Yo tengo que coger el carril de la derecha, pues el de la izquierda me aleja de mi amada empresa.

Como había lío en el semáforo a la entrada del túnel, tuve que entrar en él por el carril de la izquierda, el que “no es el mío”, para evitar bloquear el cruce. No problem. En el túnel está permitido cambiar de carril, no es la primera vez que tengo que hacerlo. Así que al poco de ingresar en el subterráneo pongo cívicamente mi intermitente derecho y busco hueco entre los coches que circulan por ese carril. Hay tráfico denso, pero ambos carriles se mueven a similar velocidad.

Mi aguzado ojo de superviviente de jungla urbana pronto advierte que un coche que está en el carril deseado, un poco delante de mí, va despacito y ha dejado mucho hueco con el que le precede. Vamos a por él. Pero cuando le estoy rebasando veo que el tío acelera y se mantiene a mi altura, mientras gesticula con el brazo fuera de la ventanilla. “Será que él también quiere cambiar de carril” –pienso- “y lleva el intermitente estropeado, o tiene incapacidad manifiesta para usarlo”. Como buen ciudadano, aminoro la marcha para dejarle cruzarse delante de mí, y de paso ocupar yo su hueco.

Pero no. Cuando yo aminoro la marcha, él también, siempre manteniéndose a mi altura y realizándome un marcaje del que no se libraría ni el “Kun”. Se acerca el final del túnel, yo sigo en el carril equivocado, y el plasta este no me deja en paz y sigue gesticulando, ahora me parece interpretar que intenta decirme que no me va a dejar cambiarme. Reduzco todavía más –me pongo como a 20km/h o así- y por suerte el vehículo que va detrás de mi marcador se apiada y me hace un hueco por el que me cuelo. Menos mal.

Lo peor está por venir. Justo al ver que me he puesto detrás de él, el elemento este frena en seco. Como lo leen. Reacciono a tiempo –gracias San ABS- y también freno, y también los que vienen detrás, por suerte al ir tan despacio nos da tiempo a todos. Y ahí estamos, totalmente parados dentro del túnel. Sinfonía de cláxon a tope, a la que me uno añadiendo ráfagas de luces para nuestro aprendiz de diablo sobre ruedas.

A los pocos segundos reanuda la marcha y nada más salir del tunel nos paramos en un semáforo. Se abre la puerta del vehículo y comienza a salir su piloto. Yo con la adrenalina que se me sale por las orejas, acojonado, pensando con qué tipo de energúmeno atestado de a saber qué sustancias estupefacientes me voy a tener que enfrentar. Nunca me han gustado las peleas, mayormente porque las he perdido casi todas, y ya me veía llegando al curro tarde y con el ojo morado, imaginen el cachondeo.

Y ¡oh!, sorpresa, el que se baja del coche lleva uniforme de ¡¡¡Policía Municipal!!! Por supuesto su coche no portaba ningún cartel o distintivo que lo identificara como tal, así que me quedé helado. Se acercó, con una de las peores caras de mala hostia que he visto en mi vida, vociferando no sé qué de que a ver si aprendía a conducir y que a la autoridad no se le pita y que se me iba a caer el pelo por listillo. Yo, petrificado, sólo acertaba a balbucir “…peero, usteed se ma parao en mitá del túnel y casi nos la pegamooos…”. El tío apuntó mi matrícula en una libreta y se fue cagando leches.

Tiemblo sólo de pensar lo que se inventará este cabronazo en el informe que haga, pero me temo que me caerá un rejón de los buenos y, con un poco de mala suerte, una bonita hemorragia de puntos. Porque en el estado de aturdimiento general en el que me quedé no se me ocurrió memorizar su matrícula ni buscar testigos ni nada, así que a ver ahora a quién cree el señor –o señora- juez. Por más vueltas que le doy, no acierto a entender qué –si es que hay algo- es lo que hice mal y por qué este tío la tomó conmigo.

Muy mal tienen que andar las arcas del Gallardón para que tenga que recurrir a estas tretas para sacar cuartos al contribuyente. Será que su guerra de espías con Doña Espe se está yendo de presupuesto…

Así que además de compartir con ustedes esta esperpéntica anécdota les pido que si alguno sabe de estos temas me aconseje sobre posibles medidas para ir armando mi defensa, bien en los comentarios o mediante e-mail a oraculador@hotmail.com. Gracias

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Varekai

Hace unas semanas pude asistir a una de las últimas representaciones en Madrid del show Varekai, del Circo del Sol. Nunca había visto a esta compañía en acción antes, y tenía muchas ganas de verla, me habían contado maravillas. Así que las expectativas eran altas, sobre todo porque además la entrada es cara de cojones, entre 40 y 80 euracos nada menos.

Mereció mucho la pena, diría que me gustó más de lo que esperaba. Impresionante espectáculo, pero difícil de describir para el que no haya visto ninguno de sus shows. Se basa en números circenses, pero sin la capa cutre-casposa del circo tradicional. No hay domadores, ni lanzadores de cuchillos, ni el clásico payaso acabado que cuando vuelve al camerino se corta las venas, ni niños gritando como locos en las gradas, ni el presentador plasta que exagera las habilidades de los artistas. Las actuaciones son sobre todo de trapecistas, equilibristas, contorsionistas, malabaristas, baile, y alguna otra que mezcla todo ello entre saltos de vértigo y piruetas imposibles, como el número final, que levanta a la peña de sus asientos.

Además, la puesta en escena se sale de lo convencional, se utilizan elementos y artilugios muy originales para acompañar los números, un vestuario creativo y lleno de color, con música y canciones de fondo que por momentos recuerdan vagamente una ópera.

También hay algún número de humor, como la parodia del mago, sencillamente genial. Siempre me han impresionado los humoristas que son capaces de hacer reír sin casi abrir la boca.

No tiene “argumento” en el sentido estricto del término, pero sí hay un hilo conductor que une las distintas actuaciones. Evoca una selva tropical, un arrecife de coral, un ecosistema inexplorado donde pululan criaturas de fantasía con habilidades extraordinarias. Leyendo a toro pasado la descripción del espectáculo en su web, resulta que lo que intentan describir es un mundo nuevo que existe en la cumbre de un volcán oculto en la frondosidad de un bosque. Vamos, que no es exactamente lo que yo digo, pero tampoco iba desencaminado.

Por lo visto, según dice su web, “Varekai” significa “dondequiera” en idioma romaní.

Les recomiendo totalmente este espectáculo, no decepciona, no se arrepentirán. Los que vivan en Sevilla lo tienen allí desde ahora hasta el 15 de marzo, y los bilbotarras podrán disfrutarlo del 26 de marzo al 19 de abril.

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